
Andrés Lasaga.
El Govern Armengol ha hecho de la gestión sanitaria una de
sus principales banderas. La presidenta ha presumido, a lo largo de sus ochos
años en El Consolat, de haber mejorado la atención pública sanitaria en nuestra
comunidad, como uno de los pilares del estado del bienestar. Lo tenía fácil,
porque la gestión del PP con Bauzá estuvo marcada por demasiados vaivenes y por
la delicada situación económica heredada, de la que también se resintió el
presupuesto en Sanidad.
Pero una cosa es la visión triunfalista y autocomplaciente
de la presidenta Armengol y otra la realidad de la atención sanitaria en
nuestras islas. Este pasado fin de semana, varios centenares de personas se
manifestaban en Ibiza reclamando una mejor Sanidad en la mayor de Las Pitiusas,
donde la falta de especialistas, sobre todo en oncología, se ha agravado en los
últimos años. Entre los manifestantes había pacientes, médicos, enfermeras, con
pancartas alusivas con eslóganes como «Sanidad pública de función pública
y digna», «Hoy por mí, mañana por ti», «Compañeros de
batallas siempre juntos» y alguna alusión al requisito del catalán por
parte del Govern.
Las listas de espera es otro de los males endémicos que el
Govern de izquierdas tampoco ha logrado resolver, ni siquiera pagando a la
sanidad privada, demonizada por uno de los socios de gobierno como Podemos,
para derivar pacientes y reducirlas antes de llegar a las elecciones del 28M.
Los últimos datos publicados por el IBSalut en su portal de transparencia
indican que hay 67.240 personas en listas de espera, lo que supone un
incremento del 10% con respecto a hace un año, con una demora media para tener
la consulta de 72 días, cuando hace un año era de 57 días. Si hablamos de
listas de espera para una operación, hay más de 3.000 personas que llevan más
de 180 días para ser operados, por lo que en ambos casos se incumple el decreto
de garantía de demora, por el que se fija máximos de espera para asistencia
sanitaria (60 días para consulta y 180 para operación).
Si la atención hospitalaria está colapsada, tampoco está
mejor la Atención Primaria, en la que los usuarios esperan entre 14 y 20 días
para que les atienda su médico de familia y con una preocupante falta de
recursos y facultativos. El primer
eslabón de la cadena sanitaria y el más cercano a la población es hoy el más
olvidado, con médicos con agendas saturadas, que apenas pueden dedicar 3
minutos a sus pacientes, cuando el tiempo medio estimado para atender a un
paciente en Atención Primaria es de unos diez minutos.
Y esta situación se produce cuando el Govern maneja el
presupuesto más elevado de la historia de la CAIB y con más profesionales
sanitarios que nunca en las plantillas del IB-Salut, como repiten una y otra
vez Armengol y la consellera Patricia Gómez cada vez que se cuestiona la
gestión sanitaria del Ejecutivo en estos últimos ocho años. ¿Qué falla
entonces? Una vez más, la realidad se impone al relato de nuestros políticos.