El paisaje de la Serra de Tramuntana, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha sido durante años y siglos un ejemplo de convivencia entre la actividad humana y la naturaleza formadapor bosques, cultivos y tradiciones que han conformado su identidad única. Sin embargo, en tiempos recientes, la maraña de normativas y prohibiciones ha creado barreras que dificultan la recuperación de su paisaje cultural.
Llorenç Galmes, presidente del Consell de Mallorca, lo tiene claro: la Serra de Tramuntana está en peligro. Las áreas boscosas, densas y desatendidas, se han convertido en un polvorín para incendios. Pero más allá de la amenaza inminente de las llamas, la disminución de la actividad agrícola y ganadera pone en riesgo el mismo paisaje que la UNESCO busca proteger.
El nombramiento de director general de la serra de tramontana al alcalde de Escorca Toni Solivellas busca poner orden y el consenso de los diferentes actores para redactar una futura ley que se pretende tener lista en un año año y medio según Solivellas.
En el programa de radio 4directe dirigido por Andrés Lasaga, Toni Solivellas, enfatizó la importancia de reactivar la economía agrícola y ganadera. Según Solivellas, «cuando vemos que la actividad agraria se detiene, indica que lo que mantuvo el paisaje de la Serra hasta ahora se está abandonando».
La clave, según los expertos, es simplificar los trámites administrativos. El Consorcio de la Serra de Tramuntana tiene ante sí el reto de facilitar esta tarea y de ser el puente entre las diferentes realidades de cada municipio de la región. Se espera que, en un año a año y medio, se consolide un texto legal que, con la participación de todos los actores involucrados, logre un equilibrio entre la protección del patrimonio y la reactivación de las tradiciones agrícolas.
Además de simplificar trámites, es crucial crear alternativas que permitan que las actividades agrícolas y ganaderas convivan con el turismo. Esto proporcionaría a las familias locales un ingreso adicional que les permitiría continuar con sus tradiciones agrícolas, esenciales para mantener la identidad y la belleza de la Serra.
Para aquellos que recuerdan el esplendor de la actividad de la Serra, es esencial recuperar y mantener ese legado. Como concluyó Solivellas en su entrevista, «en estos momentos, las condiciones óptimas para el florecimiento de la Serra no están presentes». Sin embargo, con una acción conjunta y decidida, hay esperanza de que este invaluable patrimonio pueda ser preservado y florecer una vez más.