La anunciada reunión entre el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, anunciada por Junts, ha generado un notable revuelo político y mediático. Según el secretario general de JxCat, Jordi Turull, esta reunión buscaría profundizar en la resolución del conflicto político catalán, y se realizaría sin mediador, en un lugar fuera de España, dado el estatus legal de Puigdemont quien permanece fuera de España desde 2017 y enfrenta procesos judiciales en su contra.
Sin embargo, la realidad de este encuentro parece ser más compleja. Por un lado, el Gobierno español, representado por la ministra portavoz Pilar Alegría y el propio Pedro Sánchez, ha negado que tal reunión esté programada en su agenda. Esto pone en duda la veracidad o la inminencia del encuentro, sugiriendo que podría ser más una aspiración de Junts que un plan concreto y acordado.
A lo largo de los años, Sánchez ha sido acusado en diversas ocasiones de no cumplir con sus promesas o de cambiar de postura en diferentes asuntos, lo cual ha generado desconfianza en su palabra. Dadas estas circunstancias, es difícil prever si la negación de la reunión por parte de Sánchez con Puigdemont se materializará o no.