En el segmento político liderado por Yolanda Díaz, conocido como Sumar, ha surgido un malestar y preocupación palpable a raíz del acuerdo alcanzado entre Pedro Sánchez y Junts en el Senado el pasado miércoles. Sumar es una coalición que reúne a marcas regionales y partidos como Izquierda Unida que anteriormente formaban parte de Unidas Podemos. Varios miembros de Sumar han expresado críticas severas sobre este acuerdo, que involucra la cesión de competencias en materia de migración y extranjería, y ven en él una crisis de gobernabilidad en gestación.
Algunos en Sumar incluso llegan a calificar la situación como una «humillación» para el Gobierno, usando un término que coincide con la tesis defendida por el Partido Popular. Otros rechazan el pacto con Junts debido a que saben que postulan políticas más restrictivas en temas de residencia e inmigración, lo que hace que sea difícil presentarlo como un acuerdo progresista.
Los Comunes, una marca catalana que forma parte de Sumar junto con Más Madrid y Compromís, han expresado su desacuerdo con la forma en que el presidente del Gobierno ha llegado a este acuerdo y los objetivos de Junts per Catalunya en materia migratoria. Los Comunes se oponen a ser cómplices de políticas antiinmigración que puedan proponer Junts bajo el paraguas de este acuerdo, al que consideran xenófobo y racista.
El rechazo a la inmigración en Cataluña está en aumento mientras Junts negocia estas competencias, y los Comunes no quieren verse vinculados a políticas que consideran contrarias a sus principios progresistas.
Además, en Baleares, el portavoz y secretario general de MES, Lluís Apesteguia, ha expresado su preocupación por el discurso de Junts, señalando que defienden una posición que se asemeja al discurso de VOX. Apesteguia argumenta que ningún alcalde debería estar satisfecho con tener personas delictivas multireincidentes, independientemente de si son migrantes o no, ya que el problema radica en un sistema que no es capaz de prevenir ni tratar adecuadamente la delincuencia.
El malestar en Sumar se extiende a la preocupación por la gobernabilidad en general. Aunque los ministros y portavoces socialistas insisten en que el Gobierno no está debilitado, desde Sumar tienen una perspectiva diferente. Se habla de un posible adelanto electoral si la situación se repite, y se teme que el tema migratorio pueda convertirse en un punto de debate en las elecciones europeas.