La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha levantado la voz contra lo que considera una prolongada persecución política dirigida hacia ella y su entorno. En declaraciones realizadas en Castelldefels (Barcelona) este martes, Ayuso lamentó estar enfrentando una «cacería» desde hace cinco años, desde que asumió su cargo como máxima autoridad de la Comunidad de Madrid.
El motivo de su descontento se centra en la reciente denuncia de la Fiscalía de Madrid contra su pareja por presunto fraude fiscal, una situación que Ayuso hace hincapié en diferenciar de su labor como presidenta de la Comunidad de Madrid. Enfatizó que la investigación de Hacienda sobre su pareja no guarda relación alguna con las funciones y responsabilidades que ella ejerce en el gobierno madrileño.
En un tono enérgico, la dirigente madrileña señaló que no pasó desapercibida la posible intervención del Palacio de la Moncloa en la difusión de este caso, afirmando tener constancia de llamadas a las televisiones desde primeras horas de la mañana con el fin de amplificar la cobertura mediática sobre el asunto. Esta presunta manipulación desde instancias gubernamentales, según Ayuso, alimenta la sensación de estar siendo objeto de una campaña orquestada para minar su credibilidad y desacreditarla políticamente.
Este episodio resalta la tensa relación entre Ayuso y el gobierno central, liderado por Pedro Sánchez, que ha sido caracterizada por desacuerdos políticos y enfrentamientos verbales. Para Ayuso, la denuncia contra su pareja es solo el último capítulo de una trama destinada a debilitarla y desprestigiar su gestión al frente de la Comunidad de Madrid.
En medio de esta controversia, Ayuso continúa defendiendo su postura política y su compromiso con la administración de Madrid, asegurando que seguirá adelante con su agenda gubernamental y trabajando en favor de los intereses de los madrileños, a pesar de las adversidades y presiones políticas que enfrenta. La pregunta que queda en el aire es si esta nueva embestida política logrará mermar el liderazgo de Ayuso o, por el contrario, reforzará su imagen como una figura resistente frente a las adversidades.