Lo de Venezuela no debe sorprender a nadie, pues en definitiva no descubro nada si digo que es una dictadura. Por mucho disfraz de democracia que le ponga Maduro, este no es más que un pelele a las órdenes de los militares, de la élite militar que es quien verdaderamente manda en Venezuela.
El régimen chavista viene lógicamente de Chaves, teniente coronel del ejército, que ya dio en su día un golpe de estado, para después presentarse, tras ser liberado, a unas elecciones, que ganó con el Partido Socialista Unificado que él mismo fundó. Sin embargo, todo fue y es lo mismo que ahora, pues es el Ejército quien marca las pautas de una democracia inexistente.
La revolución bolivariana de la que alardea el régimen, el espíritu de Simón Bolívar, traidor al Virreinato de España, pagado por Inglaterra, parece que su esencia sigue vigente pues están traicionando los derechos humanos, el derecho a la vida, la libertad, en definitiva a la democracia convertida en un siniestro vodevil representado por un payaso llamado Maduro.