Sobre las 02:05 horas del pasado 8 de agosto, la Base del 092 comisionó una dotación de la Unitat Nocturna (UNOC) al Passeig Sagrera, dónde se acababa de ocurrir un accidente de tráfico.
Los agentes encontraron una motocicleta de alquiler con rozaduras por el carenado, asiento fuera de lugar y la dirección rota. Junto al vehículo había un varón sentado en la acera con dermoabrasiones en pies, brazos y cara.
Una vez confirmada la ambulancia, preguntaron al hombre, un ciudadano británico de 35 años, por lo sucedido y obtuvieron como respuesta una nula colaboración y una retahíla de insultos. Cuando se percataron de que se hallaba en estado ebrio, se le requirió para la prueba de detección alcohólica. En ese momento, el individuo enloqueció y les gritó que no se sometería a la prueba a pesar de las continuas advertencias de las consecuencias penales que incurriría de seguir negándose a realizarla.
Mientras les insultaba, huyó a la carrera cruzando con total imprudencia los seis carriles de la vía. Los agentes les dieron alcance y, con la colaboración de una dotación de la Policía Nacional que también acudió al lugar, pudieron reducir al individuo. Se procedió a su detención por un presunto delito de desobediencia y resistencia grave a los agentes de la autoridad y otro presunto delito contra la seguridad vial por la negativa a someterse a la prueba de detección alcohólica.
Este último delito puede ser castigado con las penas de prisión de seis meses a un año y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.
El detenido fue trasladado a un centro hospitalario para ser atendido de sus lesiones y, una vez dado de alta, ingresó en el depósito municipal de detenidos. La División de Policía Judicial confeccionó el correspondiente atestado y tras poner al detenido a disposición judicial, quedó en libertad con cargos.