La bancada socialista del Parlament va volviendo a la sede del PSIB una vez se van acabando las vacaciones. El nuevo curso político está a la vuelta de la esquina y el horizonte socialista es descorazonador.
Los socialistas saben -lo han vivido el primer año de legislatura- que tienen pocas iniciativas que ofrecer a la sociedad porque siempre se les recordará que proponen cosas que no fueron capaces de llevar a cabo en los 8 años de gobierno de Francina Armengol.
Descartada esa posibilidad solo queda hurgar todo lo que se pueda en la aparente ruptura del pacto PP-VOX. Y su receta volverá a ser la de siempre: ofrecerse a Marga Prohens para apoyarla a cambio de que se aparte de VOX; eso sí, con mil y una condiciones-trampa. En este nuevo curso la propuesta tampoco funcionará. Eso sí, tienen las pancartas en el primer cajón para sacarlas siempre que les convenga.
La turismofobia también estará en la agenda socialista. Se trata de participar y apoyar cuantas movilizaciones hagan los turimofóbicos exigiendo soluciones al Govern. Unas soluciones que el Pacte nunca adoptó desde el Consolat.
Por tanto, solo queda hacer una oposición de desgaste. Falta aún por ver si su portavoz Iago Negueruela habrá reflexionado y abandonará los ataques personales o si, por el contrario, volverán los exabruptos en el Parlament y en sus ruedas de Prensa.
En este capítulo, los socialistas se lo rifan todo a derribar a Gabriel Le Senne y descabalgarlo de la presidencia del Parlament, algo que cada día que pasa se antoja más difícil. Ahí también guardan por si hay que volver a utilizarlas las fotografías de la nunca tan homenajeada Aurora Picornell.
Por si su panorama no es suficientemente desolador, vivirán la dificultad añadida de sobrevivir en público sin pronunciarse -aún no lo han hecho- sobre el polémico pacto PSC-ERC y el ‘procés fiscal’ que conlleva. Se lo encontrarán como ataque cada vez que levanten la mano para intentar erosionar al Govern de Prohens.
Por lo pronto, se barruntan preparativos de la izquierda para el pleno del día 3 de septiembre, el día de la ‘vuelta al cole’, con el pleno extraordinario en el que se votará la remoción de Gabriel Le Senne como presidente del Parlament. Pase lo que pase en la votación, deberán vivir de estirar el chiclee para no perder comba.