Sobre las 9,45 horas de día 6 de agosto, la Sala del 092 informó de un atropello grave en la calle de Manacor, 102. Varias unidades de la Policía local se dirigieron y mientras las otras regulaban el tráfico y controlaban la seguridad del entorno, los miembros de la Unidad de vehículos de accidentes (UVAC) comenzaron la investigación del accidente para dictaminar las causas y las responsabilidades.
Una vez que la peatón atropellada, de 88 años, fue estabilizada por el personal sanitario y trasladada al hospital de Son Llàtzer, los investigadores pidieron la documentación del vehículo y del conductor.
Una mujer se identificó como la conductora y dijo que iba con un varón sentado en el asiento del copiloto y dio su versión del accidente. Posteriormente, ya en el edificio de Sant Ferran, los policías comprobaron que el vehículo en cuestión se encontraba en situación de baja temporal por estar en un establecimiento de compra-venta de vehículos usados. Esta situación, que no había podido ser comprobada “in situ”, hizo que se procediera a la citación de la conductora para que explicara el motivo y denunciarla si era el caso.
Siguiendo con los protocolos de investigación, los agentes de la UVAC tomaron declaración a dos testigos del atropello que manifestaron que la mujer no conducía el turismo, sino que lo hacía el hombre que en principio había dicho que era pasajero.
Así las cosas, los investigadores se dirigieron a la empresa de compraventa de vehículos donde localizaron los protagonistas del suceso con el resultado de que la mujer trabaja en la venta de automóviles y él como mecánico de la misma empresa. Durante la conversación que los agentes mantuvieron con el hombre, de 57 años, finalmente reconoció ser él el conductor del turismo en el momento del siniestro y que no lo había dicho porque su carnet de conducir no tiene validez en España.
Los investigadores notaron las reticencias que el conductor confeso tenía a la hora de definir la relación con la mujer que había dicho ser la conductora y finalmente manifestó que habían sido pareja. Esta conducta extrañó los policías que consultaron las bases de datos policiales con el resultado que sobre esta persona se había dictado una orden de alejamiento a causa de violencia de género y que aún seguía en vigor.
Los agentes informaron el conductor de la elaboración de diligencias judiciales por un presunto delito de quebrantamiento de condena y, en cuanto al atropello, una vez identificados todos los participantes, restó a la espera de los informes técnicos.
Sobre el estado de la peatón, a estas alturas continúa ingresada con pronóstico grave.