El Rey de España hizo un llamado enfático a la unidad y estabilidad del país. Su discurso, marcado por referencias históricas y actuales, enfatizó la importancia de una España «sólida y unida» sin caer en divisiones o enfrentamientos.
Comenzó su discurso felicitando a Pedro Sánchez por su elección como presidente del Gobierno, el Rey recordó la importancia de cada legislatura en la construcción de la democracia española. Subrayando la relevancia de la XV legislatura, destacó el rol de estas etapas como configuradoras de la vida política del país.
Uno de los puntos centrales de su discurso fue la reivindicación de la Transición y la Constitución Española. Insistió en que, lejos de ser una mera mirada al pasado, la Constitución representa una «orgullosa reafirmación» de la capacidad de España como nación. Hizo hincapié en que la democracia, que para las generaciones anteriores era una aspiración, para los jóvenes de hoy es una realidad con la que han crecido.
El Rey también recordó el reciente juramento de la Princesa como Heredera de la Corona, destacando su significado en términos de continuidad y estabilidad para la monarquía y el país. Este acto fue presentado como un compromiso con el leal desempeño de las funciones de la jefatura del Estado, en consonancia con lo establecido en la Constitución.
El discurso concluyó con un llamado a la reflexión sobre la historia compartida de España y la responsabilidad de legar un país unido y fuerte a las generaciones futuras.