Los conservadores logran una victoria ajustada en Portugal y Chega se ofrece para formar gobierno
En las elecciones legislativas celebradas en Portugal este domingo, la coalición de centroderecha Alianza Democrática (AD), liderada por Luís Montenegro, se ha alzado con la victoria, aunque sin el respaldo suficiente para gobernar en solitario. Los resultados preliminares muestran un panorama político marcado por un estrecho margen entre los principales contendientes.
Con el 95,04% de los votos escrutados, la AD ha obtenido el 29,60% de los sufragios, mientras que el Partido Socialista (PS), liderado por Pedro Nuno Santos, se sitúa a poca distancia con el 28,43%. Este resultado señala un cambio significativo en el paisaje político portugués después de más de ocho años de gobierno socialista bajo António Costa.
Sin embargo, el ascenso más notable lo protagoniza Chega, liderado por André Ventura, que ha logrado el 18,60% de los votos, más del doble de su respaldo en las elecciones anteriores. Este aumento refleja un claro desplazamiento hacia posiciones políticas más a la derecha en Portugal.
«Los resultados proyectan uno de los peores resultados históricos de la izquierda y una victoria de AD», destacó Hugo Soares, secretario general del Partido Social Demócrata (PSD), la formación líder de la coalición AD. Estas palabras resumen el panorama político que se perfila en el país luso, donde la derecha se consolida como fuerza dominante tras años de predominio socialista.
Ante la falta de una mayoría absoluta, Chega se ha ofrecido para apoyar un gobierno de derechas si la aritmética lo permite. «Sería irresponsable que no hubiera una unión. Nosotros somos responsables (…) Todos estamos llamados a esa alternativa», argumentó Ventura, destacando la posibilidad de una nueva alianza política en el horizonte portugués.
Aunque el líder del PSD, Luís Montenegro, aún no ha realizado declaraciones, y desde el partido han pedido esperar a los resultados oficiales, la oferta de Chega abre el debate sobre el futuro gobierno del país. Con la izquierda proyectando uno de sus peores resultados históricos, Portugal parece encaminarse hacia un cambio político significativo, con la derecha emergiendo como la fuerza dominante en el escenario político.